jueves, 6 de mayo de 2010

Málaga ciudad cosmopolita


La ciudad de Málaga se define por su carácter intercultural, consecuencia de los distintos pueblos que han dejado huella en ella. Su situación en el Mediterráneo propició la llegada de diversos pueblos a sus costas. Los fenicios fundaron Malaka y establecieron sus factorías en el siglo VIII a. C. Los griegos instauraron en el siglo VII a.C. una importante base comercial. Más tarde, los romanos expulsaron al pueblo cartaginés tras tres siglos de permanencia en el año 206 a. C., instituyendo sus propias leyes como se expone en la Lex Flavia Malacitana.

En el año 711 la ciudad es tomada de forma violenta por el pueblo musulmán. Durante este período, en el siglo XI, tiene lugar la edificación de la Alcazaba y posteriormente su ampliación con el Castillo de Gibralfaro. Más tarde, en el período nazarí, los Reyes Católicos conquistan la ciudad tras un duro asedio.

Málaga milenaria y cosmopolita en el pasado, conserva intactas sus raíces históricas. Si en tiempos remotos fue testigo de los orígenes del hombre y de la cultura mediterránea, hoy convertida en primera potencia de la industria turística andaluza, mantiene viva su tradición de tierra acogedora y creativa.

Málaga marinera en su litoral donde nunca es invierno; de vocación serrana, tierra adentro, donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor. Pueblos blancos de hermosa arquitectura, envueltos en románticas leyendas, ponen su punto de luz en los recónditos valles donde la vida discurre plácidamente. Y desde la alta sierra la mirada abarca el horizonte hasta perderse en el inmensidad azul del mar.

La provincia malagueña cuenta con más de 160 kilómetros de franja costera. El mar mediterráneo baña directamente un total de 14 municipios malagueños. Es posible acudir a enclaves escondidos donde la naturaleza más pura rodea el ambiente, o espacios más turísticos y consolidados. Tanto la zona oriental de la provincia, como la occidental disponen de playas tan atractivas que han hecho de la costa del sol un destino de primer orden mundial. No podemos olvidar el paisaje interior, con más de 15 espacios protegidos como reserva, paraje o monumento natural. Lugares que recorren desde las profundidades del Mediterráneo a las altas cumbres. Bosques y ríos mágicos donde es posible todavía encontrar zorros, águilas reales o cabras montesas.